#SemanaSanta ¿Por qué escoger el camino de la Cruz?

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Viacrucis o vía crucis, viene del latín  ‘Camino de la cruz’, y significa en la tradición cristiana católica, el recordar y conmemorar las estaciones vividas por nuestro Señor Jesucristo desde que fue apresado, hasta el final de su día en la cruz. Se han mencionado tanto estas tradiciones que en realidad en algunos momentos pensamos que no vale la pena de nuevo traerlas a memoria, gastar tiempo en repensar lo que hacemos y mucho menos en reflexionar sobre el mismo acto.


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Claramente la tradición del viacrucis no es protestante, pero no por ello debe ser obviada, si nos remitimos a la definición explicitada en el encabezado del texto, ipso facto pensamos en las vías dolorosas, en las estaciones que están en altares a lo largo de Jerusalén y donde se cree por tradición que ocurrieron realmente los hechos, pero en verdad, ¿es ese el camino del viacrucis? El señor Jesús nos habla en el capítulo 10 del libro de San Mateo todas las tribulaciones que han de venir sobre la vida de un cristiano, nos remiten a unos condicionamientos preestablecidos para ser declarados seguidores de Él, y en verdad aquí es donde encontramos el verdadero viacrucis.

“Y guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios, y en sus sinagogas os azotarán” (v. 17), “El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y los harán morir” (v. 21), “Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre” (v.22), “Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra” (v.35).

Encontramos en estos versos una realidad apocalíptica, un panorama sombrío, taciturno y lúgubre que se entreteje sobre los que deciden ser cristianos, se entiende una vida de sufrimiento, un camino poco agradable, un sendero plagado de obstáculos, una cima que está viva para crear dificultades a quienes se atreven a escalarla, pero, ¿esa era la enseñanza que quería dar el Gran Maestro?, la verdad si, esta generación quien fundo la Iglesia sufrió el peso de la obra sobre sus hombros, con poco apoyo, y  el suficiente de la mano de Dios, entendió que la vida Cristiana iba mas allá de lo visible, lo tangible, y que las sendas transitadas por el Maestro no se limitaban a dejar impregnada con su preciosa sangre un recorrido terrenal, sino que el actuar de esa sangre derramada camino a la cruz y en la cruz, tenía una obra mayor que ser recordada y conmemorada cada año, año tras año, perdiendo el sentido de su sacrificio en una vana religiosidad.


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¿Por qué escoger el camino de la Cruz? Ese camino del vía crucis rememora la obra de Nuestro Amado salvador Jesucristo en nuestros corazones, y nos reta a vivir una vida como si estuviésemos en un viacrucis constante, cada día, a diario y sin parar, de manera libre y consciente nuestros actos deben contestar a la condición de nuestro Señor Jesús dada a sus discípulos justo antes de iniciar el día de su crucifixión, Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (S. Mateo 16, 24), un condicionamiento noble, pero imperativo, sencillo, pero complejo, y entonces comprendemos que la vida Cristiana no es simplemente una declaración material de hechos y acciones que invoquen a Dios solo cuando sea necesaria su intervención, sino es reconocer que diariamente es necesaria su intervención y que al negarnos  a nosotros mismos, y sufrir los condicionamientos de este camino, conmemoramos cada minuto el sacrificio de nuestro Señor Jesús vía a crucis.

Si te ha tocado en tu corazón alguna parte de este escrito, puedes tomar la decisión de conmemorar hoy la vía dolorosa de nuestro Amado Amigo, recibiéndolo en tu corazón y comenzando a vivir el reto que Él ha hecho a tu vida desde hace ya mucho tiempo…

Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” Romanos 10.9.

 

 

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