Si su pensamiento está enmarcado en el fracaso…

La influencia de nuestro pensamiento en el desarrollo de nuestra conducta es fundamental para iniciar un proceso de sanidad interior, es necesario identificar aquellos pensamientos que están fijos e inamovibles para que al identificarlos se puedan modificar.

Si bien gran parte de nuestros pensamientos y sentimientos son aprendidos y se van consolidando a lo largo de nuestra historia de vida lo cual desarrollará en nosotros diferentes tipos de respuesta ante eventos similares, estas respuestas tanto emocionales como conductuales serán características fundamentales que nos definirán como personas únicas, por lo tanto esto quiere decir que a pesar de que poseemos una predisposición genética heredada de nuestros padres, también nacemos con la habilidad para aprender a lo largo de nuestras vidas y este aprendizaje es susceptible a ser modificado o desaprendido.

Existen muchos factores que intervienen e influencian nuestra manera de pensar, sentir y actuar, entre estos encontramos factores culturales, educativos, familiares, los amigos, las experiencias, lo eventos positivos o negativos, entre otros y es precisamente todo este conjunto de características y situaciones las cuales tienen una función principal en cuanto a nuestra relación con Dios, debido a que muchos hoy día ignoramos el poder que tienen nuestros pensamientos y la forma en que estos dirigen las conductas y las emociones, si bien, la palabra de Dios no es ajena a este mal haciendo énfasis en la forma en que “…debemos llevar cautivo TODO PENSAMIENTO a la obediencia a Cristo” 2 Corintios 10: 5 debido a que el pensamiento que no está sujeto a la voluntad del Padre definirá una conducta contraria a la vivencia en Cristo.

Vemos por todas partes el daño que causa que el Cristiano no se apropie y no se identifique con lo que el Apóstol Pablo dice a la iglesia en Corinto “…Mas nosotros tenemos la mente de Cristo” 1 Corintios 2:16 entonces escuchamos continuamente frases como “no soy capaz”, “la vida no tiene sentido”, “es horrible que la gente no me quiera”, “soy indefenso”, “soy un fracaso”, “todo lo hago mal” etc.

Este tipo de pensamiento obstaculiza un actuar conforme a la Palabra de Dios, puesto que aquellos que piensan de esta y de otras muchas formas disfuncionales, vivirán de acuerdo con lo que han pensado, no podrán ver el obrar de Dios en sus vidas y por ende no creerán a sus promesas.

Mi querido amigo que me lee, reflexione respecto a su forma de pensar, si está o no de acuerdo al pensamiento de Cristo, de no ser así usted vivirá una vida de fracaso, pues escrito esta “Tal es su pensamiento en su corazón, tal es él” Proverbios 23:7 Dios como buen padre, quiere lo mejor para sus hijos y usted mi querido amigo es uno de ellos, aprópiese de lo que le pertenece, de lo que Cristo ya pago en la cruz  por amor a usted, pase tiempo meditando en las escrituras y deje que el Señor sane su corazón de aquellas cosas que marcaron su forma negativa de pensar aun cuando usted era un niño. 

 

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